lunes, 10 de abril de 2017

La Semana Santa en el Perú: Algunas tradiciones de Lima y provincias




Este domingo es Domingo de Ramos y miles de familias asistirán a misa temprano y regresarán a casa con una rama de olivo, símbolo del ingreso triunfal y humilde de Jesucristo, hijo de María y José, a la ciudad de Jerusalén. Esta fecha marca el inicio de la Semana Santa, en que se conmemora la vida pública del Mesías de la religión cristiana, que culmina con su trágica muerte y divina resurrección. Durante estos siete días, muchas tradiciones se siguen en Lima y en provincias, pues nuestro país, a causa de la presencia y dominación española, posee una gran religiosidad que se manifiesta de diversas maneras. A pesar de la superficialidad que caracteriza a los tiempos modernos, en que la Semana Santa es vista como un fin de semana largo cualquiera por muchas personas, estas tradiciones aun son observadas con respeto y devoción, en una contradicción que para muchos fieles resulta intolerable. No es novedad que abunden los reportajes, contados en tono gracioso y casi condescendiente, de los campamentos que terminan en imágenes grotescas de excesos inapropiados para estas fechas de duelo religioso. Pero aun así, el espíritu verdadero de la Semana Santa alcanza a creyentes y no creyentes, señal de respeto entre seres humanos que reconocen sus diferencias.
Se conoce como Semana Santa a la evocación que tiene lugar todos los años dentro del mundo cristiano y en la que se celebra la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, el Hijo de Dios. Esta celebración se inicia con el tradicional Domingo de Ramos, que conmemora la entrada triunfal del Mesías en Jerusalén y culmina con el Domingo de Resurrección, fecha en la que se supone que Jesús de Nazaret volvió de la muerte para presentarse ante sus apóstoles.
En el Perú, como en la mayoría de los países cristianos, existe el período conocido como la Cuaresma. Este período se inicia con el tradicional Miércoles de Ceniza y termina en la tarde del Jueves Santo. La duración de la Cuaresma simboliza la prueba a la que se sometió Jesús cuando, según los textos del Nuevo Testamento, permaneció durante 40 días en el desierto, antes de iniciar su misión pública.
En el Perú, en el departamento de Ayacucho, las celebraciones por la Semana Santa tienen una gran tradición. Para Ayacucho, la Semana Santa representa la festividad religiosa más grande e importante. Las procesiones del Señor de la Agonía, de la Virgen Dolorosa y de San Juan, dan comienzo a las celebraciones de la Semana Santa en este departamento del sur de nuestro país, reconocido por sus hermosas iglesias, construcciones coloniales que producen asombro a sus miles de visitantes, nacionales y extranjeros.
En el departamento de Moquegua, la conmemoración de la Semana Santa ha sido declarada Patrimonio Cultural por el Instituto Nacional de Cultura desde el año 2010. El Señor de las Piedades es la figura religiosa más importante dentro de la festividad que se inicia el Jueves Santo en esta región. Los devotos preparan siete altares con una altura de entre dieciocho y veinte metros. El Señor de las Piedades es ornamentado con flores, palmeros y olivos.
En Catacaos, Piura, los devotos se atavían de color negro como señal de respeto por el deceso del Hijo de Dios. Varias procesiones tienen lugar en Semana Santa en las calles más representativas de Piura. Esta fecha es también la oportunidad que aprovechan muchos de los comensales piuranos y visitantes para degustar los deliciosos potajes de esta calurosa región norteña. Vale decir que el Viernes Santo, los pobladores piuranos degustan platos típicos de su gastronomía que han sido elaborados a base de pescado, porque dentro de la creencia cristiana se considera ofensivo comer carne roja o carne de res el día de la muerte de Jesucristo. El plato más típico de Piura para esta fecha del año es La Malarrabia, una comida preparada con plátano maduro sancochado, y acompañada con queso, frejoles y pescado.
En Cajamarca, la Semana Santa tiene lugar principalmente en la granja Porcón y en la ciudad de Contumazá, lugares donde se celebra la Procesión de las Cruces. El Jueves Santo, en las calles de Contumazá, se lleva a cabo una interpretación en las que los devotos simulan ser penitentes blancos y negros que se encuentran para saludarse y continuar con su recorrido religioso.
En Trujillo, capital del departamento de La Libertad, la principal imagen es la del Señor de la Misericordia. El Jueves Santo, los fieles preparan un altar adornado con luces para ofrecérselo a Jesús. El Viernes Santo, se presenta al Cristo en la cruz, asistiendo los feligreses a escuchar el Sermón de las Siete Palabras del Mesías. Tradicionalmente, doce personas vestidas de blanco quitan los clavos del Cristo crucificado y desplazan a la Virgen Dolorosa a su lugar en una urna de vidrio.
En Lima, Surco es uno de los distritos en los que más celebraciones se realizan a causa de la Pasión de Cristo. En este distrito limeño, la población creyente camina por las calles y lleva el tradicional olivo hasta la plaza central del distrito. Un día antes de la muerte de Jesús en la cruz, los feligreses varones se visten de blanco y cubren su cabeza con cucuruchos para hacer guardia durante toda la noche. Después del Sermón de las Tres Horas, en que se reflexiona sobre las palabras de Cristo en la cruz, los fieles llevan la imagen del Señor del Santo Sepulcro a la Parroquia de Santiago Apóstol. El evento más pintoresco de esta celebración religiosa en Surco, es el concurso de alfombras florales, en el que no solo participan residentes sino también devotos del interior del país.
Las costumbres más conocidas en Lima Metropolitana –y en otras regiones del país- son el recorrido de las llamadas 14 estaciones (la “Vía Crucis”, que en latín significa “el camino de la cruz”) que los fieles realizan recordando catorce momentos específicos de Jesús en su dolorosa ruta hacia el calvario. Esta costumbre se da en otros países del mundo como en Israel (Tierra Santa) donde se recorren los lugares exactos que atravesó Jesús. En Lima, también se acostumbra visitar siete iglesias, las más conocidas del centro. Esta visita, que se hace en familia, es una tradición que nos llegó desde Italia y España. Otras tradiciones incluyen la masiva asistencia a la Misa de Domingo de Ramos, donde cada creyente lleva a su casa una rama de olivo para conmemorar la entrada a Jerusalén de Jesucristo, el Sermón de las Tres Horas o Siete Palabras y la Procesión del Santo Sepulcro.
En décadas pasadas, durante los días centrales de la Semana Santa (Jueves y Viernes) no se podía escuchar música e incluso las estaciones de radio suspendían, por esos días, sus transmisiones en señal de respeto. Los canales de televisión también dedicaban sus programaciones, de manera íntegra, a películas y programas que incitaban la reflexión y el duelo. Aunque esto último sigue ocurriendo –cada año ya es una tradición de la modernidad ver películas como Los 10 mandamientos, Ben Hur, entre otras, hay un enorme contraste con épocas pretéritas pues ahora una gran cantidad de habitantes de la ciudad ven la Semana Santa como un feriado más, y entregarse a celebraciones comunes y corrientes, como si se tratara de un fin de semana largo cualquiera.
¿Y el Huevo de Pascua? Es común ver en estas fechas los anaqueles de centros comerciales y supermercados abarrotados de coloridos huevos de chocolate. Esta tradición, que tiene raigambre tanto judía como cristiana, también fue alguna vez motivo de unión familiar en las casas de Lima de antaño, pues los padres y abuelo escondían los huevos de dulce para que los niños los buscaran y, eventualmente, los encontraran. En la tradición hebrea, el huevo era símbolo de fertilidad y la Pascua coincidía con la llegada del invierno. En la tradición cristiana, en cambio, el huevo y el conejo de Pascua –elementos de esta tradición consistentes en esconder los huevos de chocolate- representan la persecución de Jesús y su familia por parte de Herodes y la intervención divina que evitó que fuesen encontrados. Hoy son solo elementos decorativos, puestos en venta sin mayores explicaciones ni simbologías.
A causa de su tradición histórica venida de España, la Semana Santa tiene un profundo arraigo en la población peruana y sus costumbres. Se trata de una época de reflexión y recogimiento en que muchos peruanos dan muestras de su fe cristiana, fe que se ha ido heredando de generación en generación desde hace varios siglos.

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